viernes, 19 de agosto de 2011

Hope Sandoval y su atemporal cualidad...

Existen propuestas musicales en las que los sonidos, las canciones siguen siendo atemporales. Sonidos en los que queda la impresión confirmada de una búsqueda deliberada hacia una cualidad atemporal… No hay contaminación del sonido. Al contrario, se vacía el sonido.



Pareciera que todo depende, simplemente, de escribir canciones. Pequeñas canciones. Con un toque sui generis, claro está. Cierto, empero, hay variantes en el humor. Así de simple. Así se gesta una nueva propuesta musical.



Aquí no tiene cabida la estridencia per se. No se le permite la entrada a la post producción. Los instrumentos, aquí, suenan como deben de sonar. Hablamos de arreglos refinados. Además, en este mismo contexto, aquellos impulsos que no resultan esenciales, simplemente, no tienen cabida.

A diferencia de muchas propuestas actuales, no encontramos sonidos agresivos. Prevalecen, en contraparte, atmósferas fácilmente propensas a su adoración. Atmósferas que, por cierto, nos remiten más a discos y producciones de los años 60 y 70.

Increíblemente, en este oasis, se recrean atmósferas de las que carece mucha muchas de las propuestas musicales de actualidad (sic). No se contamina esta propuesta musical por ninguna variante de poco o ínfimo valor, de lo mucho que pulula hoy.




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