Hechizó a muchos con su
belleza en los embriagadores días de los
años 60 y principios de los 70. Desde su silente permanencia ha manteniendo
guardados no pocos secretos relacionados con el ámbito del rock y sus personalidades.
Hasta que decidió contar todo
en una biografía repleta de detalles sobre las drogas, las tensiones entre
bastidores y las no pocas personas que ella conoció en ese trance.
Nunca estuvo en el centro de
atención. Ha sido "groupie", amiga y
amante de no pocos iconos referenciales en el ámbito del rock. Tuvo aventuras
con Mick Jagger, Bob Dylan y Ringo Starr. El ex Beatle, George Harrison,
escribió una canción sobre ella. Se dio el lujo de participar en los coros de "Hey Jude", durante las sesiones
de grabación de la canción en los estudios
Abbey Road. ¿Su nombre? Chris O'Dell
Ella es, ni más ni menos, la misteriosa
mujer retratada con los brazos alrededor
de un Keith Richards claramente
atento en el álbum Exile On Main Street,
de The Rolling Stones.
Bob Dylan recurrió a ella cuando
olvidó sus armónicas justo antes de salir al escenario durante el Festival de la Isla de Wight. Envió a Chris
a comprar varias armónicas nuevas.
Ha titulado a su libro libro Miss O'Dell: My Hard Days and Long Nights
con The Beatles, The Stones, Bob Dylan, Eric Clapton y The Women They Loved.
El libro es publicado por Simon Spotlight.
Hagamos historia: Chris
O'Dell accede a la realeza del rock a
través de una reunión casual con Derek
Taylor, encargado de prensa de The
Beatles, en Los Ángeles.
Taylor la invitó a Londres a
trabajar para la etiqueta de Apple del
grupo. Tenía 20 años cuando llegó a la capital. Todo su dinero, en aquel
entonces, eran £60. Súbitamente, Chris
O'Dell se encontraba en el círculo íntimo del grupo en el apogeo de la Beatlemanía. "Fue como ser dejado en
Disneyland".
Con ello, O'Dell estaba ya detrás
del escenario con los iconos más grandes en la historia de la música.
"The Beatles eran mis ídolos, su sonido era como ninguna otra
cosa", recuerda. "Me enamoré de eso y de la idea de estar en Londres". Ella era la chava de la
oficina que los cuidaba. "Solía almorzar,
responder teléfonos,
hacer recortes de prensa y llevar gente al aeropuerto". Fue cuestión de tiempo para que resultara atraída
y seducida por el lado oscuro del
negocio de la música.
"Donde hay música de rock y drogas, el sexo, simplemente, sigue en automático", dice a modo de explicación.
Inicialmente, las esposas de The
Beatles estaban disconformes con la intrusa estadounidense. "Cuando
comencé, estaba terriblemente enamorada
de Paul, pero Linda me desacreditó", recuerda.
Aun así, se hizo amiga de la
esposa de Harrison, Pattie Boyd, y
de la esposa de Ringo Starr, Maureen
Starkey. De hecho, su amistad fue tal con los Harrison que, incluso, se mudó con George y Pattie. O'Dell precisa,
empero, que nunca tuvo aventura alguna con George.
Chris recuerda que Eric Clapton acudía de constante a la
casa de los Harrison. Solía decir
que estaba allí para
ver a O'Dell cuando, en realidad, estaba encaprichado
con Pattie, la esposa de George - quien fue la inspiración para su sentida canción de amor
'Layla'.
O'Dell escribe que pronto se
encontró en medio de un triángulo sexual extraordinario que involucraba a
George Harrison, Ringo Starr y la esposa del baterista, Maureen.
Recuerda O'Dell que se
encontraba sentada en la cocina de Ringo Starr cuando Harrison admitió que estaba
durmiendo con la esposa de Starr, Maureen. "Ringo, estoy enamorado de tu
esposa", le dijo Harrison al baterista. "Mejor que alguien que no
conocemos", respondió Starr, encogiéndose de hombros.
Poco después, O'Dell estuvo involucrada con Ringo. Explica que Ringo estaba
deprimido por el estado de su matrimonio. "Empezamos a salir juntos y, ya
sabes, encuentras una atracción y de alguna manera aceptas. Pero no fue una
atracción muy cómoda".
Finalmente, Maureen confrontó
a O'Dell sobre el asunto. "Ella me preguntó directamente". O'Dell saldría
avante y sería amiga de la esposa de Ringo hasta su muerte, en 1994, a causa de
la leucemia.
Ella refiere que estaba con
Harrison cuando escuchó que los Beatles
habían terminado. "Estaba viviendo en la casa de George y lo
descubrimos a través del periódico", dijo. "Cuando Paul se fue, fue como
si todos se sintieran un poco decepcionados por no haberse enterado antes".
La relación de O'Dell con Starr se esfumó, pero él es el padrino de
su hijo de 23 años, William, quien nació después de casarse con su primer
marido, el honorable Anthony John Mark
Russell, hijo del cuarto Barón
Ampthill, un miembro de la Cámara de los Lores.
"Pasé de las estrellas
del rock a la aristocracia", se ríe O'Dell, quien ahora está casada con un
consejero de adicciones, Morrise Lucky.
O'Dell señala que es difícil para la gente entender
que, en aquellos días, el mundo del rock 'n' roll consistía en un círculo muy
reducido de personas.
"El mundo de The Beatles era muy pequeño. Eric entró en ese
círculo porque él y George eran amigos. Y luego las relaciones comenzaron a suceder”.
Pattie Boyd le pidió a su
amiga que no se acostara con Harrison y ella obedeció. "Esa era una
especie de condición de nuestra amistad", dice O'Dell.
Puede que ella no haya tenido
una aventura con Harrison, pero se
convirtió en el tema de su canción lúdica 'Miss O'Dell', que termina con la
frase: '¿Me llamarás, Miss O'Dell? '.
"No tenía idea de que lo
había hecho", afirma, pero un día dijo:
"Chris, tengo una sorpresa para ti". Luego sacó su guitarra y
dijo "Voy a hacerte famosa".
O'Dell terminaría trabajando para los Rolling Stones como su agente
de prensa con los medios. Desde ahí, el viaje fue por demás corto para llegar a
la cama de Mick Jagger. Comenzaría a acostarse con él en la famosa gira de
verano del grupo en 1972.
"Creo que era parte del
trabajo", dijo. "Pasé todos los días en su casa, probablemente siete
días a la semana. Fui la persona a quien recurrió. Fui a fiestas con él y todo
lo demás".
"Si los Stones hubieran
descrito un puesto de trabajo en ese momento, estoy bastante segura de que
hubiera incluido una condición que fuera más o menos así: duerme con Mick cada vez que lo pida".
En cuanto al matrimonio de Jagger,
O'Dell explica: "Estaba casado con Bianca y ella era bastante
independiente. Pasó mucho tiempo haciendo otras cosas".
Fue mientras trabajaba para
los Stones, dice ella, que su problema
con las drogas y el alcohol "se salió de
control". Además de tener sexo con Jagger, una nueva variante de su
trabajo incluía recoger drogas para Keith
Richards.
Dos años más tarde, trabajaría para Bob Dylan como manager de
giras y ambos coquetearon y festejaron juntos antes de iniciar una aventura
después de separarse de su esposa, Sara.
'Es una persona muy intensa y
privada. No comparte mucho de sí mismo, en muchos aspectos es muy cauteloso, al
menos así lo encontré en ese momento ", dice. "Me encantó trabajar
con él", agrega O'Dell.
"Pero puede ser
confuso". Puede sentarse allí y conversar contigo, mirarte directamente a
los ojos y comprometerte por completo, y luego, una hora más tarde, te mirará
como si no te conociera.
Aunque O'Dell trabajó con
otras superestrellas, el corazón siempre estuvo con The Beatles. Incluso
describió que trabajar para los Stones
era como 'bajar la escalera'.
"Lo primero que la gente
pregunta sobre mí es: "Oh, ¿eras una groupie?" Ese es el primer lugar
al que se refieren. Pero no estaba adorando
a los músicos, tanto como en el trabajo".
Las credenciales del rock 'n'
roll de O'Dell son por demás impresionantes. Trabajó como manager de giras de Crosby, Stills, Nash&Young; Linda
Ronstadt; Santana; Phil Collins; Fleetwood Mac; Queen y Electric Light
Orchestra entre muchas otras agrupaciones.
Empero, las drogas, la
bebida, el sexo casual y las giras sin parar terminaron imponiéndose y decidió abandonar el negocio.
Su dependencia de las drogas
ha terminado. Actualmente vive en Tucson, Arizona, donde trabaja como consejera
de abuso de sustancias. Se casó con Morrise en mayo de este año.
Dice que todavía se mantiene
en contacto con sus amigos famosos y afirma que tanto Pattie Boyd como Ringo Starr
le dieron el visto bueno a su libro.
"Estamos en nuestros 60
años", señala. "Algunos de nosotros incluso estamos llegando a los 70 años. Ya pasamos de eso, pero todos
crecieron lo suficiente como para darse cuenta de que así fue como sucedió".
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