lunes, 18 de diciembre de 2017

Hechizó a muchos con su belleza en los embriagadores días de los años 60 y principios de los 70. Desde su silente permanencia ha manteniendo guardados no pocos secretos relacionados con el ámbito del rock y sus personalidades.

Hasta que decidió contar todo en una biografía repleta de detalles sobre las drogas, las tensiones entre bastidores y las no pocas personas que ella conoció en ese trance.

Nunca estuvo en el centro de atención. Ha sido "groupie", amiga y amante de no pocos iconos referenciales en el ámbito del rock. Tuvo aventuras con Mick Jagger, Bob Dylan y Ringo Starr. El ex Beatle, George Harrison, escribió una canción sobre ella. Se dio el lujo de participar en los coros de "Hey Jude", durante las sesiones de grabación de la canción en los estudios Abbey Road. ¿Su nombre? Chris O'Dell

Ella es, ni más ni menos, la misteriosa  mujer retratada con los brazos alrededor de un Keith Richards claramente atento en el álbum Exile On Main Street, de The Rolling Stones.

Bob Dylan recurrió a ella cuando olvidó sus armónicas justo antes de salir al escenario durante el Festival de la Isla de Wight. Envió a Chris a comprar varias armónicas nuevas.

Ha titulado a su libro libro Miss O'Dell: My Hard Days and Long Nights con The Beatles, The Stones, Bob Dylan, Eric Clapton y The Women They Loved. El libro es publicado por Simon Spotlight.

Hagamos historia: Chris O'Dell accede a la realeza del rock a través de una reunión casual con Derek Taylor, encargado de prensa de The Beatles, en Los Ángeles.

Taylor la invitó a Londres a trabajar para la etiqueta de Apple del grupo. Tenía 20 años cuando llegó a la capital. Todo su dinero, en aquel entonces, eran £60. Súbitamente,  Chris O'Dell se encontraba en el círculo íntimo del grupo en el apogeo de la Beatlemanía. "Fue como ser dejado en Disneyland".

Con ello, O'Dell estaba ya detrás del escenario con los iconos más grandes en la historia de la música.

"The Beatles eran mis ídolos, su sonido era como ninguna otra cosa", recuerda. "Me enamoré de eso y de la idea de estar en Londres". Ella era la chava de la oficina que los cuidaba. "Solía ​​almorzar, responder teléfonos, hacer recortes de prensa y llevar gente al aeropuerto". Fue cuestión de tiempo para que resultara atraída y seducida por el lado oscuro del negocio de la música.

"Donde hay música de rock y drogas, el sexo, simplemente, sigue en automático", dice a modo de explicación.

Inicialmente, las esposas de The Beatles estaban disconformes con la intrusa estadounidense. "Cuando comencé, estaba terriblemente enamorada de Paul, pero Linda me desacreditó", recuerda.

Aun así, se hizo amiga de la esposa de Harrison, Pattie Boyd, y de la esposa de Ringo Starr, Maureen Starkey. De hecho, su amistad fue tal con los Harrison que, incluso, se mudó con George y Pattie. O'Dell precisa, empero, que nunca tuvo aventura alguna con George.

Chris recuerda que Eric Clapton acudía de constante a la casa de los Harrison. Solía ​​decir que estaba allí para ver a O'Dell cuando, en realidad, estaba encaprichado con Pattie, la esposa de George - quien fue la inspiración para su sentida canción de amor 'Layla'.

O'Dell escribe que pronto se encontró en medio de un triángulo sexual extraordinario que involucraba a George Harrison, Ringo Starr y la esposa del baterista, Maureen.

Recuerda O'Dell que se encontraba sentada en la cocina de Ringo Starr cuando Harrison admitió que estaba durmiendo con la esposa de Starr, Maureen. "Ringo, estoy enamorado de tu esposa", le dijo Harrison al baterista. "Mejor que alguien que no conocemos", respondió Starr, encogiéndose de hombros.

Poco después, O'Dell estuvo involucrada con Ringo. Explica que Ringo estaba deprimido por el estado de su matrimonio. "Empezamos a salir juntos y, ya sabes, encuentras una atracción y de alguna manera aceptas. Pero no fue una atracción muy cómoda".

Finalmente, Maureen confrontó a O'Dell sobre el asunto. "Ella me preguntó directamente". O'Dell saldría avante y sería amiga de la esposa de Ringo hasta su muerte, en 1994, a causa de la leucemia.

Ella refiere que estaba con Harrison cuando escuchó que los Beatles habían terminado. "Estaba viviendo en la casa de George y lo descubrimos a través del periódico", dijo. "Cuando Paul se fue, fue como si todos se sintieran un poco decepcionados por no haberse enterado antes".

La relación de O'Dell con Starr se esfumó, pero él es el padrino de su hijo de 23 años, William, quien nació después de casarse con su primer marido, el honorable Anthony John Mark Russell, hijo del cuarto Barón Ampthill, un miembro de la Cámara de los Lores.

"Pasé de las estrellas del rock a la aristocracia", se ríe O'Dell, quien ahora está casada con un consejero de adicciones, Morrise Lucky.

O'Dell  señala que es difícil para la gente entender que, en aquellos días, el mundo del rock 'n' roll consistía en un círculo muy reducido de personas.

"El mundo de The Beatles era muy pequeño. Eric entró en ese círculo porque él y George eran amigos. Y luego las relaciones comenzaron a suceder”.

Pattie Boyd le pidió a su amiga que no se acostara con Harrison y ella obedeció. "Esa era una especie de condición de nuestra amistad", dice O'Dell.

Puede que ella no haya tenido una aventura con Harrison, pero se convirtió en el tema de su canción lúdica 'Miss O'Dell', que termina con la frase: '¿Me llamarás, Miss O'Dell? '.

"No tenía idea de que lo había hecho", afirma, pero un día dijo:    "Chris, tengo una sorpresa para ti". Luego sacó su guitarra y dijo "Voy a hacerte famosa".

O'Dell terminaría trabajando para los Rolling Stones como su agente de prensa con los medios. Desde ahí, el viaje fue por demás corto para llegar a la cama de Mick Jagger. Comenzaría a acostarse con él en la famosa gira de verano del grupo en 1972.

"Creo que era parte del trabajo", dijo. "Pasé todos los días en su casa, probablemente siete días a la semana. Fui la persona a quien recurrió. Fui a fiestas con él y todo lo demás".

"Si los Stones hubieran descrito un puesto de trabajo en ese momento, estoy bastante segura de que hubiera incluido una condición que fuera más o menos así: duerme con Mick cada vez que lo pida".

En cuanto al matrimonio de Jagger, O'Dell explica: "Estaba casado con Bianca y ella era bastante independiente. Pasó mucho tiempo haciendo otras cosas".

Fue mientras trabajaba para los Stones, dice ella, que su problema con las drogas y el alcohol "se salió de control". Además de tener sexo con Jagger, una nueva variante de su trabajo incluía recoger drogas para Keith Richards.

Dos años más tarde, trabajaría para Bob Dylan como manager de giras y ambos coquetearon y festejaron juntos antes de iniciar una aventura después de separarse de su esposa, Sara.

'Es una persona muy intensa y privada. No comparte mucho de sí mismo, en muchos aspectos es muy cauteloso, al menos así lo encontré en ese momento ", dice. "Me encantó trabajar con él", agrega O'Dell.

"Pero puede ser confuso". Puede sentarse allí y conversar contigo, mirarte directamente a los ojos y comprometerte por completo, y luego, una hora más tarde, te mirará como si no te conociera.

Aunque O'Dell trabajó con otras superestrellas, el corazón siempre estuvo con The Beatles. Incluso describió que trabajar para los Stones era como 'bajar la escalera'.

"Lo primero que la gente pregunta sobre mí es: "Oh, ¿eras una groupie?" Ese es el primer lugar al que se refieren. Pero no estaba adorando a los músicos, tanto como en el trabajo".

Las credenciales del rock 'n' roll de O'Dell son por demás impresionantes. Trabajó como manager de giras de Crosby, Stills, Nash&Young; Linda Ronstadt; Santana; Phil Collins; Fleetwood Mac; Queen y Electric Light Orchestra entre muchas otras agrupaciones.

Empero, las drogas, la bebida, el sexo casual y las giras sin parar terminaron imponiéndose y decidió abandonar el negocio.

Su dependencia de las drogas ha terminado. Actualmente vive en Tucson, Arizona, donde trabaja como consejera de abuso de sustancias. Se casó con Morrise en mayo de este año.

Dice que todavía se mantiene en contacto con sus amigos famosos y afirma que tanto Pattie Boyd como Ringo Starr le dieron el visto bueno a su libro.

"Estamos en nuestros 60 años", señala. "Algunos de nosotros incluso estamos llegando a los 70 años. Ya pasamos de eso, pero todos crecieron lo suficiente como para darse cuenta de que así fue como sucedió".

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