lunes, 9 de enero de 2012

El romanticismo radical de Philip Glass...

Su música refleja una belleza y emotividad con raíces en los ritmos y los ciclos del cuerpo humano, la conciencia y nuestra interrelación con el mundo natural…

Con esta propuesta musical se apetece celebrar lo mismo el paso de las nubes que la fundación de ciudades. Se conjuntan y reflejan, aquí, lo mismo movimientos de relojería de los planetas, que la concreción de abarcar los distintos estados de ánimo propios de los ámbitos del corazón humano…


Sus ritmos son fascinantes, además de majestuosos.

La música de Glass transmite, sí, un real concepto de la hermosura.

Gran parte del encanto de su obra reside en esa peculiar capacidad para hacer que el tiempo y la experiencia del escucha sean una misma en el espacio a través de diferentes modos de percepción.

Glass ofrece, en pocas palabras, un romanticismo radical desprovisto de sentimentalismo barato.


Glass y la ausencia del sentimentalismo barato...

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