jueves, 26 de mayo de 2011

(I Me Mine) Opus...

Entonces, llegan los tiempos de cambio, de reacomodo. A no pocos, con increíble sorpresa, nos aplastan los dedos con la puerta. Se reniega, así, por un buen espacio de tiempo, de todo aquello que empieza a hacer acto de presencia. Existen, a su vez, otro tipo de personas que saben adaptarse a la brevedad en ese vertiginoso mundo que se desenvuelve ante ellos.

Las cosas, simplemente, dejan de ser lo que tanto tiempo estuvimos acostumbrados a tener frente de nosotros. Mutan, cambian, dejan de ser. Entre paranoias, obsesiones, adelantos, retrocesos surca una corriente que nos da parte de este neo cambio de escenarios. ¿El reto? Percatarse de ello en tiempo y forma. No más, no menos. Fijar, redefinir posiciones. Esto último es lo ideal, antes que se concrete la corriente, carente de misericordia alguna, que amenaza con arrastrarlo todo a su paso.

Se advierte, entonces, de la cantidad de elementos que, a lo largo de la escritura y lectura de este blog, harán acto de presencia lo mismo para jactarse de ellos que, en su defecto, de replantearse escenarios propios.

Confirmar, pues, que como casi todos, sostengo vidas en paralelo. De mañana me desempeño como profesor. Por las noches, procuro lo mismo leer que escribir. Imposible, a su vez, soslayar la propensión de melómano tenida lustros ha. La escritura aquí trazada, nunca ha ganado premio alguno, ni tampoco he sido finalista en concursos.

Empero, lo apasionante de todo esto radica en inventar letras, poder visitar y conocer realidades alternativas desde el poder mismo de la escritura; abrevar del momento en que se gesta la idea, la praxis de concretar su reflejo (suele ser, casi siempre, un reflejo) y la concluyente labor (quizá, la más dura) de pulir y cercenar todo aquello que (en teoría) sobra… 

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