“A veces me despertaba de noche, y me sentaba bruscamente en la cama.
Experimentaba entonces una sensación olvidada de cuando era muy pequeña y me angustiaba el atardecer, y pensaba:
«El día y la noche, el día y la noche siempre. ¿No habrá nunca nada más?».
Acaso me volvía el mismo confuso deseo de que alguna vez, al despertarme, no hallara solamente el día y la noche, sino algo nuevo, deslumbrante y doloroso. Algo como un agujero por donde escapar de la vida”.
La hora de la estrella (fragmento)
Clarice Lispector
Ucrania, 1920 – 1977
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