“Es por eso que siempre le he atribuido la mitad de la letra a Dios. Nunca ha sucedido antes ni después. Me levanté y comencé a trabajar los acordes. Toqué "Space Oddity" de David Bowie y luego comencé a jugar con los acordes. Cuando terminé, no sonaba nada como 'Space Oddity'”.
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