jueves, 21 de diciembre de 2017

Historia de una infame reunión...

La música y la política chocan cuando Elvis Presley se encuentra con el presidente Richard Nixon en la Casa Blanca. Una famosa foto de las dos manos estrechándose horroriza a muchos fanáticos de Elvis.

Es la foto más solicitada en los Archivos Nacionales, incluso más que la Constitución: Elvis Presley, quien se ve como el rey del rock and roll (¿?) estrecha la mano del presidente Nixon durante una reunión secreta en la Oficina Oval. La imagen sacude a los fanáticos de Elvis.

Después de todo, era el mismo cantante que sacudió las costumbres culturales con el contonear de sus caderas. Ed Sullivan lo llamó "no apto para verse en familia"; la diócesis católica lo llamó un "peligro definitivo para la seguridad de Estados Unidos". Pero Nixon, el enemigo de la contracultura, se sorprendió tanto como cualquiera al escuchar que Elvis quería encontrarse con él.

Apenas unas horas antes, Elvis apareció en la puerta de la Casa Blanca con una carta manuscrita de seis páginas dirigida al presidente detallando sus preocupaciones sobre los hippies y la creciente cultura de las drogas. Presley explica que había realizado "un estudio en profundidad sobre el abuso de drogas y las técnicas de lavado cerebral de los comunistas", insiste en que es el candidato ideal para atraer a estos tipos que fuman hierba y se ofenden con la guerra de Vietnam.

"Puedo y haré más si me convierten en agente federal y ayudaré a través de comunicaciones con personas de todas las edades", escribe.

Lo que Elvis realmente quiere es la insignia que acompaña al título. Ha recogido muchas insignias honorarias de la policía durante su gira y quiere una de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas. Por suerte para él, el enlace del BNDD, Egil "Bud" Krogh, es un fanático y le encanta la idea de enganchar a Presley y al presidente.

Un memorando a Nixon señala la influencia de la cultura de la música rock en la subcultura de las drogas, citando las recientes muertes relacionadas con las drogas de Janis Joplin y Jimi Hendrix. Las sugerencias para las actividades de Presley incluyen un álbum con el tema "Get High on Life" y un especial de televisión que disecciona canciones populares para exponer "drogas y otros temas antiestablishment".

Cuando Elvis llega a la reunión con Nixon, que se mantiene en secreto para proteger la imagen del cantante, él acepta que la música rock es el núcleo del problema, específicamente The Beatles. Krogh observa en sus notas: "Presley indicó que pensaba que The Beatles habían sido una verdadera fuerza para el espíritu antiamericano.

Dijo que los Beatles llegaron a este país, hicieron su dinero y luego regresaron a Inglaterra”. Una declaración audaz, considerando que cantó muchas de las canciones de los ingleses durante sus presentaciones. Ello es suficiente para que se gane su nueva insignia. Después de obsequiar al presidente con un Colt .45 de la Segunda Guerra Mundial y algunas fotos de la familia Presley, regresa a Graceland con su premio.

Presley desarrolla una adicción a los medicamentos recetados, lo que contribuye a su muerte en 1977, una ironía que no pasa desapercibida por parte de Paul McCartney: "La gran broma era que estábamos tomando drogas [ilegales], y mira lo que le sucedió".

La infame reunión inspira algunas películas, especialmente Elvis & Nixon, de 2016, protagonizada por Michael Shannon como Elvis y Kevin Spacey como Nixon.

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