Aunque
Relf se mantuvo activo musicalmente a finales de los 60 y en los 70, no siempre gozaba de buena salud. Tenía
asma crónica, que casi lo había matado en algunas ocasiones, así como enfisema.
Pero en el fatídico día que le quitó la vida, fue algo completamente diferente.
Mientras
practicaba la guitarra en su sótano, se paró en una tubería de gas. Debido a
que la guitarra no estaba conectada a tierra, la corriente eléctrica resultó en
una descarga severa para su cuerpo.
Según se informó, su cuerpo electrocutado fue encontrado por su hijo de ocho
años.
Debido a que la familia Relf manejó con reservas la muerte de Relf, correría el rumor de que el cantante había muerto por estar jugando con una guitarra eléctrica en el
baño.
A pesar de ser superado por sus antiguos compañeros de grupo, Relf es recordado como una de las voces indelebles de la Invasión Británica. Fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll con los Yardbirds en 1992.
A pesar de ser superado por sus antiguos compañeros de grupo, Relf es recordado como una de las voces indelebles de la Invasión Británica. Fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll con los Yardbirds en 1992.
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