En contraparte, es más
pausado en “Echoes”, de 23 minutos,
que comienzan con un simple sonar y construyen, a través de una serie de ideas fragmentadas, un
majestuoso crescendo antes de dejarlo
caer suavemente con un brillo acogedor.
A través del resto del sonido
álbum nos permite percatarnos de que Meddle
es el sonido de un grupo que destila su pasado
psicodélico en un futuro brillante.
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