“Uno puede dudar
absolutamente de todo,
afirmarse como un nihilista,
y sin embargo caer
enamorado
como el más grande de los idiotas.
Esta imposibilidad teórica de la
pasión,
que la vida real no cesa de burlar,
hace que la vida tenga cierto
encanto,
indiscutible, irresistible.
Uno sufre, uno se ríe de sus sufrimientos,
uno hace lo que quiere,
pero esta contradicción fundamental es
quizá finalmente
lo que hace que la vida valga
aún la pena de ser vivida…”
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