“No espero nada.
Esto no es
horrible.
Después de resolverlo,
he ganado tranquilidad.
Pero esa mujer me ha
dado una esperanza.
Debo temer las esperanzas.
Tal vez toda esa higiene
de no
esperar
sea un poco ridícula.
No esperar de la vida,
para no arriesgarla;
darse
por muerto,
para no morir.
Ya no estoy muerto:
estoy enamorado”.
— Adolfo Bioy Casares
No hay comentarios:
Publicar un comentario