De esas
tres canciones, "The Train
Kept-A-Rollin'" pasó a ser uno de los éxitos más reconocidos de The Yardbirds; un verdadero himno que
se escucharía a través de las puertas cerradas del garage en EU en los años
venideros.
Originalmente grabado por Tiny
Bradshaw en 1951 como pieza estándar de jazz de boogie-woogie, en las manos de The Yardbirds la melodía se
transformó en un tour de force
galopante, con una inflexión armónica, de lamentos
de guitarra eléctrica.
La canción
abre con un silbido de tren simulado de la Fender
Esquire de Jeff Beck antes de quedar
atrapados por los hipnóticos y vibrantes solos de guitarra que golpean los
altavoces. Fue algo completamente desquiciado para la época, lo que dio un nuevo sonido y una actitud para
los jóvenes rockeros en ciernes.
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