viernes, 2 de marzo de 2018

La etérea calidad de Portishead...


A la agrupación inglesa que toma su nombre de la vecina localidad de Portishead, en Bristol, se le atribuye el mérito de fusionar la música electrónica y rock experimental en un estilo que ha sido etiquetado como trip hop.

Utilizando breakbeats, acid house, soul, funk y jazz, la música que crean tiene una calidad etérea con un toque visceral. La combinación de la inquietante voz de Beth Gibbons - ella cita a Nina Simone, Edith Piaf, Sugarcubes y a la cantante Liz Fraser, de Cocteau Twins, como influencias - aliadas a la producción y las habilidades instrumentales de Geoff Barrow y Adrian Utley se suman a un sonido notable.

El énfasis en la claridad sónica se ve reforzado por el ingeniero Dave McDonald que trabajó con el trío en su disco debut Dummy, una colección gótica y noir que barrería el tablero en el cuarto Mercury Music Prize en 1995.

Las melodías de jazz espacial y la densidad emocional de "Sour Times" y "Glory Box" surtieron efecto en los jueces. La competencia fue intensa: el álbum de Oasis (Definitely Maybe) y el clásico de Supergrass (I Should Coco) también estuvieron en disputa.

Los ganadores previos fueron Primal Scream, Suede y M People. Dummy ha aparecido desde entonces en una lista selecta de grandes álbumes del siglo XX y no ha perdido nada de su atractivo en años posteriores…

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