Gallagher y el parteaguas punk

A finales de 1976, Rory Gallagher había aprovechado su prodigioso talento lo mismo que su admirable ética de trabajo para cosechar considerables recompensas.

Con seis álbumes de estudio aclamados por la crítica y dos históricos LP en vivo, el tan admirado trovador irlandés había amasado un formidable catálogo solista, mientras su temible reputación en vivo aseguraba que su base de seguidores se expandiese.

En 1977, empero, la escena musical dio un inesperado giro, gracias a la llegada de los punks Ramones, Sex Pistols y The Clash: agrupaciones cuya misión colectiva (al menos inicialmente) era llevar un lanzallamas a los actos de rock establecidos que consideraban exhibían un innecesario exceso de virtuosismo.

Por ende, el movimiento punk influyó en el futuro inmediato de Rory Gallagher. Después de ser pionero (y cabeza de cartel) del primer concierto de rock al aire libre de Irlanda, Macroom Mountain Dew Festival, en junio de 1977, Gallagher llevó a su grupo a una gira mundial de seis meses, después de la cual asistió al último concierto de Sex Pistols en EU, en el  Winterland Ballroom  de San Francisco, en enero de 1978.

En el momento en que los Pistols llegaron a la ciudad, Gallagher y compañía acababan de terminar las sesiones de un álbum en California con el productor Elliot Mazer (The Band, Neil Young, Janis Joplin), pero después de su admiración por la cruda y nihilista energía de los Pistols, aunado a la frustración con el complicado proceso de mezcla de las sesiones dirigidas por Mazer, Rory sintió que se necesitaban algunos cambios radicales.

Como consecuencia, Gallagher reconfiguró la alineación de su grupo, conservando al bajista Gerry McAvoy pero prescindiendo del tecladista Lou Martin y reemplazando al baterista Rod de'Ath con Ted McKenna.

Este nuevo trío de poder se mudó a Colonia para grabar el disco Photo-Finish en octubre de 1978. Mientras que el álbum resultante carecía en gran parte de influencias de blues discernibles, estaba repleto de destacados números como 'Shadow Play' y 'The Last Of The Independents ', y el feroz 'Cruise On Out 'con sabor a rockabilly.