Londres era el hogar espiritual de punk rock y los chavos de los
condados de hogares de Inglaterra harían viajes para presenciar la escena.
Según Paul Weller, "Parecía muy
alejado del soñoliento Woking... era la sensación de que estábamos tratando de
capturar, que haríamos peregrinaciones".
The Jam, que Weller y sus amigos de
la escuela habían comenzado en 1972 como un grupo post-mod, en 1976 había abrazado la escena punk y firmado a
Polydor a principios de 1977 para grabar su álbum debut, In The City. Muchos de los grupos de punk fueron musicalmente menos
logrados que The Jam, con su sensibilidad de los 60 y la autorizada y politizada composición de Weller.
La
energía de The Jam no se limitó a sus discos y sus shows en vivo, pues sólo
siete meses después de su álbum de debut, lanzaron su segundo, This Is The Modern World. La energía era clave para todas las cosas
punk. Como Nick Lowe solía decir en
su momento, "fue golpearlo y sacarlo".
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