La música de Gallagher se mantuvo firme en el lenguaje
del blues, y probablemente no haya duda de que dio a muchos públicos de
finales de los años 60, 70, 80 y hasta los 90 su primera prueba de estos
artistas, sin que se diesen cuenta. Tocando casi hasta que murió el 14 de junio de 1995, a la edad de 47 años, producto de una
infección después de recibir un
trasplante de hígado.
Realizó incesantes
y constantes giras a la par que grabaciones para una base de seguidores leales alrededor del mundo. Al
final, terminó vendiendo más de 30
millones de discos.
Gallagher creó un legado y una memoria musical que
sigue siendo muy alta para muchos, especialmente en su país natal, Irlanda,
donde, como Van Morrison, Phil Lynott o U2, sigue siendo parte de una escasa
cantidad de leyendas musicales de esa parte del mundo.
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