The Wall, su segundo álbum
conceptual que se centró en un personaje llamado Pink (que fue inspirado por Syd
Barrett), fue un álbum conceptual mucho más visible, pero es difícil
calificarlo de su mejor trabajo. Especialmente, dado el hecho de que su marcado
tema de alienación fue influenciado por el éxito mundial y la fama que siguió a
Dark Side.
Así, el LP de 1973 ha
conservado un estado como ningún otro, es el significante más adecuado de un
grupo que deseaba ser comprendido a través de sus símbolos más que sus caras. En efecto, es más probable que la persona promedio reconozca a Pink Floyd a través de la portada del álbum del prisma en una tienda de discos, en lugar de que aparezca en dicha portada el propio Roger Waters.
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