Su sucesor, Let England Shake, de 2011, también fue un punto culminante. Asegurándose su segundo premio Mercury, es nada menos que una obra maestra. Basándose en influencias de todos los ámbitos, como T.S. Eliot, Goya y The Velvet Underground, combinó los temas sociopolíticos del día con una colección de música compleja y encantadora.
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