(...)
Estoy desnuda
como siempre
con las edades perdidas
y los senos desnudos
que los sueños tendieron
hacia tus manos.
Ellas recorrieron las
tinieblas del día
Ellas fueron las luces encendidas
tras tu
ausencia
Ellas fueron la metáfora
que recorrió mi
piel.
– Teresa Coraspe
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