Entonces, aunque Emerick notó que le dolía
mucho la cabeza después de la sesión de "Everybody’s got something to hide
except me and my monkey", reconoció el gran trabajo que George había hecho
en la pista. "Su trabajo fue nítido y eficiente", dijo el ingeniero
de sonido. "Mucho más agresivo que en su habitual estilo".
De hecho, la parte inicial y especialmente el
riff justo después del coro muestran
a George en su mejor forma. A pesar de que no ejecutó el solo de guitarra en su
brillante "While my guitar gently weeps", Harrison había regresado
como el mejor guitarrista de The Beatles.
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