Con el tiempo, ya famosa, Debbie
volvió a usar el vestido cuando Robert Mapplethorpe hizo su retrato, la
deslumbrante y ahora icónica imagen en blanco y negro de Harry, con los ojos
entrecerrados ante la cámara. Era un día de verano cuando visitó su desván de
Bond Street, y Bayley lo acompañó.
“Nos invitó cocaína rosa”,
recordó Bayley. “Creo que era justo lo que tenía. Fue un gesto de
hospitalidad”. Por su parte, Harry no recuerda ese gesto en particular:
"No era una gran degustadora de la cocaína". Sin embargo, cree que
aún tiene el vestido, guardado en algún lugar.
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