"No recuerdo al tipo sentado con los
pies en el escritorio", señala Paul. “Lo que sí sé es que todas las canciones
de ese primer álbum son geniales; es una lástima que la producción sea una
completa mierda".
Si bien el álbum hace un trabajo lo
suficientemente decente como para reflejar la energía bruta de la agrupación en
su mejor momento juvenil, desde “Phantom of the Opera” hasta “Running Free”, la
claridad, el color y el profesionalismo de grabaciones posteriores se echa
mucho de menos.
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