lunes, 27 de agosto de 2018

“I am the walrus”: poesía y LSD (I)


En 1967, John Lennon recibió una carta de un alumno de su antigua escuela secundaria en la que le informaba que las letras de The Beatles se estaban analizando de forma muy seca en la clase de inglés.

Lennon se dispuso a escribir una canción tan repleta de imágenes elegidas tan arbitrariamente y con tal cantidad de referencias que sería completamente impermeable a la interpretación. "¡Dejen que los asesinos lo solucionen!", dijo Lennon a un amigo después de escribir un verso particularmente intrincado.

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