Un auténtico himno en el que un sintetizador y una guitarra plagadas
de energía, más la batería de Keith Moon, aparecen en todas por todas direcciones: “Won’t Get
Fooled Again” es como dos tipos de conciertos en uno. Nuevamente, no hay solo de guitarra de parte de Pete
Townshend, y gran parte de la guitarra que escuchamos nos llega en ráfagas impecables. El tono es crucial
para el diseño de todo el sonido.
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