Con los años, Marianne Faithfull, cantante, amante de
los libros, actriz y amiga, se encontró en el corazón de muchas escenas
icónicas. Ella estaba ahí cuando John
Lennon conoció a Yoko Ono, y fue testigo de la primera actuación de Jimi Hendrix en Londres en un pequeño club.
Recuerda con cariño la horrible cocina de Allen
Ginsberg, y a William Burroughs
comiendo un huevo cocido con elementos de la milicia.
No todas las comidas, empero,
son tan memorables. Como una cena en Nueva York con el cantante Harry Nilsson en los años 70. "Recuerdo las cosas de
las que hablamos, pero no exactamente lo que comíamos", admite.
"Además, cuando tomas mucho cocaína, la comida no está realmente en tu
mente". Al escucharla contar historias vívidas, nos pone a pensar en que hay diferentes formas de hambre, que
tienen más que ver con la intensidad del momento…
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