La idea radical de Warhol de
que las cosas de la vida moderna podían
ser arte, desde las latas de sopa de Campbell hasta las cajas de detergente
en polvo, galvanizaron el mundo del arte
en los años sesenta. "Fui a ver su retrospectiva de 1989 en Moma",
recuerda el historiador cultural Jon
Savage.
"Entras en las
habitaciones de los años 60 y ahí estaba todo: EU. Dinero, sexo, fama, muerte.
Warhol resumió, definió de muchas maneras el mundo en el que vivimos. Todos piensan que no tiene emociones y no
tiene alma, pero "El efecto acumulativo de ver todos los Desastres de
Marilyns y Orange es extremadamente poderoso, no es sólo un espejo", dice,
refiriéndose al veredicto del crítico de
arte Robert Hughes.
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