Recuerdo cuando en aquel café
de los suburbios de mi viejo pueblo
te propuse un raro trueque
cambiar una cachetada por un beso,
la transferencia no fue exitosa
el beso que con ansias pedía,
con creces me fue concedido, pero aún tengo
la disyuntiva
de cuantas cachetadas te debo.
- Mayda Álvarez Ferrer
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