Dennis Stratton, por su parte,
adoraba los solos de guitarra y las melodiosas posibilidades que podían aportar
a la música. Una noche, cuando el resto del grupo se había ido a casa, él y el
asistente de estudio Martin Levan agregaron capas de adornos de seis cuerdas y
voces de armonía a “Phantom of the Opera, al estilo de “Bohemian Rhapsody”.
"No esperábamos que Rod
Smallwood, el manager, escuchara lo
que habíamos hecho. “Fue un desastre", recuerda Dennis, "y nos dijo:
'Puedes quitarlas, suena como la reina sangrienta. Me di cuenta de que sólo
había un mandamás en el grupo y dejé de intentar la mezcla de canciones".
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