El espacio,
en el poema,
actúa de modo
diferente,
se rige por leyes
que no existen en otro lugar.
Cada letra
asume su dimensión netamente material:
conquista la extensión, se hace visible,
adquiere la
profundidad que le da
el apoyarse contra la
pared insomne de la página.
Cada una se despliega como debe,
ocupando su lugar
en el mínimo cosmos paralelo que es el texto.
- Adalber Salas Hernández
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