Una noche, en una fiesta,
estuviste al borde
de un balcón
a punto de romperte
como botella de cerveza
si yo me acercaba un poco más
(no hablando en centímetros
sino en unidades de inexplicabilidad),
y al final, efectivamente, algo se quebró,
y sólo pudimos saberlo por los restos de
vidrio roto
flotando en el aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario