Las palabras que hemos recibido
son como
relojes extraños,
pertenecientes a otra época.
Relojes dislocados,
desasidos de
su primera
duración.
No sabemos qué tiempo cuentan
– no
sabemos si hacen
el inventario
de nuestro pasado
o nuestro
futuro.
- Adalber Salas Hernández
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