Esa introducción se desliza rápidamente en el
rasgueo acústico de una canción folk moderna de Londres, mientras nuestro
ingenuo narrador, nuevo en la ciudad, se pregunta por qué su nuevo y glamoroso
conocido "camina como una mujer y habla como un hombre".
El verso
final lo pone en su lugar, empujando a Lola y alejándose cuando los hechos se
vuelven claros, solo para caer de rodillas en alivio. Después de todo,
"las niñas serán niños y los niños serán niñas ... Sé lo que soy y me
alegro de ser un hombre, y también Lola".
No hay comentarios:
Publicar un comentario