“Esta no es una descripción banal
del dolor.
/ Ni la tendencia a lastimar /
realmente, mediante confrontación y
asedio.
/ Ni el dolor opresivo /
que elimina la posibilidad de todo lo demás,
/
que tunde trivialmente la armonía
/ y finge razón en nombre de un
/ autocontrol
precariamente didáctico.
(...) El dolor es una eminencia,
mecánico esplendor
original.
/ (Perdón: la plegaria deviene erótica)”.
—
Klara Du Plessis