Fue con el segundo álbum del trío, Rid of Me, donde la suerte de Harvey realmente cambió. El álbum incorporó blues, goth y grunge. El grunge no solo era el zeitgeist en ese momento, el productor de Rid of Me, no era otro que el favorito de todos, Steve Albini.
Volviendo a Kurt Cobain, fueron las grabaciones de Rid of Me lo que Albini le mostró a Nirvana para asegurar su papel como productor de su icónico álbum final, In Utero.
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