"Me dirás que, hablada o
escrita, la palabra siempre es irrevocable. No es cierto. Para que la palabra
hablada sea irrevocable, debemos empeñarla. O sea: atarla, detenerla. En
cambio, la palabra escrita está destinada a permanecer, aunque su duración sea
mínima, como la de los periódicos. La palabra hablada es ahora y aquí, una
conjunción de voces en un lugar: una conversación."
(Octavio Paz)
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