martes, 16 de enero de 2018

La Poesía en el supermercado...

Hoy he despertado poeta.
Me he duchado,
me he vestido con mi ropa de poeta,
he salido a la calle
y muy contento y peripuesto
he entrado en el supermercado.

Oh!
Cómo paseaba por los pasillos,
arriba y abajo, con mi pinta de poeta.
En la zona de congelados,
entre melones y sandías,
orgulloso, con mi mirada de poeta,
de ser un genio del verso,
un artista de la palabra escrita.

Ay!
Cómo me miraba a la gente
con sus carros cargados
y recargados.
Qué recursos, qué expresiones,
qué belleza en las anáforas
de las ofertas del día.
Entre leches enteras y desnatadas
he desplegado esplendorosos versos.

Sí!
Entre metonimias y prosopopeyas
he cogido un pack de cuatro yogures,
y me he dirigido a la caja
dejando rastros de poesía.

La cajera me ha preguntado:
-¿Tarjeta de cliente, señor?

-No, pero soy poeta.
Le he respondido.

La cajera me ha sonreído.

Yo he pensado:
"Cómo entiende esta chava de poesía"


(Joan Casanfont Gaspar)


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