Es un aspecto del trabajo de
Young que se puede pasar por alto: puede escribir una melodía simple sobre un
cambio de acorde que lo desconcierta por completo. Claro, el registro tiene una
o dos frases que pueden sonar un poco extrañas para aquellos con una aversión a
los hippies (Young era uno de esos, aunque de un tipo muy individualista), pero
After the Gold Rush es básicamente
indiscutible.
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