Así es como funcionaban las
cosas en aquel entonces. El mejor
material fue publicado en condición de singles,
mientras que muchas pistas menores, grabadas durante las mismas sesiones,
completaban las listas de reproducción de las docenas de canciones típicas de
los álbumes.
Algunos grupos, como los Beatles,
podían salirse con la suya; otros, como The
Kinks, se deslizaron a través de algunos álbumes irregulares antes de encontrar
su equilibrio.
En los próximos tres años,
todo se solucionó. Los grupos se desintegraron o desaparecieron. Algunos se reinventaron. Algunos
mejoraron. Y algunos, como The Kinks, mejoraron
su agitado ritmo e hicieron la mejor música de su carrera.
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