Highway to Hell fue el gran avance del grupo, su primer vendedor de un millón. Y, lamentablemente, el último disco que hizo Bon Scott.
Highway to Hell fue un triunfo rescatado de las fauces del desastre, un álbum con tantas expectativas comerciales que Atlantic Records originalmente intentó
intimidar al quinteto para que hicieran el cover del éxito de 1966 de The Spencer Davis Group, “Gimme Some Lovin'”, en una desesperada
apuesta por el chart.
Consciente de
la presión, Malcolm Young (y el
nuevo manager del grupo, Peter Mensch) despidió al productor
original Eddie Kramer, contratado por
Robert 'Mutt' Lange, y obligó al
grupo a arrodillarse por el robo de tres meses en el estudio. El resultado fue el álbum más pulido, profesional y poderoso
de la carrera del quinteto... y, posteriormente, su primer disco de ventas de un millón de unidades en EU.
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