Las vocales de
pandillas en el coro de “Walk all over
you”. Esas puñaladas de guitarras económicas y brutalmente efectivas en los
versos de “Touch too much”. El
clímax de inclinación total de “If you
want blood”. El imparable impulso de “Girls
got rhythm”.
Estos delincuentes
australianos tocaron su sangre de blues inyectada en sangre con el veneno de
los rockeros punk y la arrogancia de
los borrachos. AC/DC capturado como grupo
en su punto máximo.
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