Una grabación pirata se abre paso en el mercado abierto a través de una
variedad de diferentes formas. En los primeros días, los mejores lanzamientos
provenían de grabaciones de soundboards, las cuales eran encargadas por los mismos miembros de los grupos para su posible lanzamiento oficial en algún futuro momento.
Estas
grabaciones tenían la ventaja de múltiples
micrófonos colocados cuidadosamente frente a cada instrumento, alimentados
en una caja de resonancia y monitoreados
por un ingeniero contratado, como Eddie
Kramer.
Crear un registro a partir de este método requería una gran cantidad de cambios y transacciones entre los contrabandistas
y aquellos que tenían acceso a las cintas o, en algunos casos, directamente al
robo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario