domingo, 26 de agosto de 2018

Talento para quemar: Nilsson


Podría decirse que Harry Nilsson fue un problema desde el principio: mucho antes de que se hiciera evidente que consideraba tener talento para quemar no como un regalo, sino como una incitación a la piromanía.

Si hay una imagen de Nilsson fija en la imaginación del público, es la que está en la portada de su álbum más vendido, el Nilsson Schmilsson, de 1971: una imagen borrosa de él luciendo como malas noticias en una bata de baño, desaliñado y mirando fijamente al vacío. Prácticamente se puede oler la resaca.

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