jueves, 26 de marzo de 2020

“Marrakesh Express” - Crosby, Stills & Nash (II)

En 1966, Graham Nash hizo una peregrinación propia, una que provocó una de sus canciones más famosas. Estando de vacaciones, Nash compró un boleto y se subió a un tren desde Casablanca a Marrakech.

"Estaba en primera clase y había muchas mujeres estadounidenses adultas y ricas que tenían el cabello teñido de azul", señala Nash. “Rápidamente me aburrí de eso y volví a la tercera clase del tren. Ahí fue donde todo estaba sucediendo. Había mucha gente cocinando pequeñas comidas extrañas en pequeñas estufas de madera y el lugar estaba lleno de gallinas, cerdos y cabras. Fue fabuloso; todo fue fascinante".

Tan rica fue la experiencia que Nash la vertió en una vívida pieza de pop psicodélico: “Marrakesh Express”. Meliflua, despreocupada e irresistiblemente pegadiza, la letra hacía referencia a 'alfombra animal de pared a pared', 'algodones de colores' en el aire y 'encantadoras cobras en la plaza'.

Pero también insinuaron una vaga sensación de insatisfacción con la vida, como si Nash estuviera en una búsqueda indefinible de algo mejor. Particularmente las líneas: 'Barriendo telarañas desde los bordes de mi mente / Tuve que alejarme para ver qué podíamos encontrar.'

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