Estos dos álbumes tienen que ir juntos, ya
que ambos salieron en 1968, estuvieron entre los primeros álbumes conceptuales
y ambos fueron grabados por grupos del Reino Unido que estaban haciendo R&B
sólo unos meses antes. También representan opuestos emocionales: el álbum de
The Pretty Things cuenta la triste pero inquietantemente melódica historia de
un hombre y su pozo de soledad.
Característicamente, Small Faces no tuvo tiempo
para las lágrimas: su épica psíquica es un desenfreno alegre, con un cuento de
hadas lateral, una explosión de un music-hall ('Lazy Sunday') e incluso un poco
de proto-metal, en forma de 'Afterglow'.
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