domingo, 4 de septiembre de 2011

El sonido, más que global, de Focus...

Material de exportación desde las tierras de Johan Cruyff. Rock progresivo de Holanda. Agrupación fundada en 1970 por el tecladista de formación clásica / flautista / cantante / compositor Thijs van Leer, así como el melódico y distintivo, virtuoso guitarrista, Jan Akkerman. El otro y tercer pilar de la banda fue el baterista Pierre van der Linden. En tanto, los bajistas iban y venían con casi cada nuevo álbum.

La propuesta musical de esta agrupación de los Países Bajos, ubicada y reconocida en el orbe con el nombre de Focus, incursionó en el escenario musical con una propuesta llena de jazz y rock-blues. Pistas largas, fascinantemente cargadas de interacción entre flauta y órgano. Todo encauzado hasta el borde de una dirección musical neo-clásica.

Cierto, en no pocas ocasiones queda la impresión de que algunos tracks están muy largos, en tanto que algunas pistas cortas podrían haber sido extendidas. Por otra parte, resulta imposible no reparar en lo brillante y estructurado de las composiciones. Hay temas que destacan claramente, con arreglos musicales de primera categoría.


La propuesta musical de Focus es, casi en su totalidad, instrumental. En tanto que las voces de van Leer, no se utilizan para el canto, sino para añadir silbidos, tirolesa, lamentos y sonidos adicionales. Esto, por si fuese poco, añade un plus extra de encanto y carácter.

La banda holandesa concretó una trilogía de álbumes clásicos que les permitirían establecer, en definitiva, un sonido característico, inconfundible y clásico. Con ello, llegaría el reconocimiento internacional, así como la concreción de un golpe definitivo de ambos lados del Atlántico.

Un caso especifico: “Hocus Pocus”, una de las canciones de rock progresivo más exitosas y conocidas de todos los tiempos. Estamos ante una pista basada en un riff de rock duro perfectamente conducido. Por paradójico que resulte, lo atípico de la propuesta musical de Focus resultaría puntal para efecto de sus presentaciones en vivo.


El sonido característico de Focus se divide entre la infusión de las sensibilidades clásicas y teclados van Leer, lo mismo que la flauta que se cuela perfectamente a través de toda la música, en gratísima combinación las secciones de guitarra de jazz o de plano eléctrico: autenticas pirotecnias de blues-rock.

Es aquí donde Akkerman hace efectivo el dominio de la guitarra clásica con sus no pocos tintes medievales. Definitivamente, los holandeses tomaron lo mejor de ambos mundos para crear un tipo exquisito, único, melódica y sinfónicamente, al interior del Rock Progresivo Sinfónico.

Focus concreta así una excelsa hibridación entre Camel (lo suave, lo etéreo, lo melódico) y Caravan (jazz-rock) con una pizca de Jethro Tull. Los holandeses fueron parte de los orígenes del rock progresivo. Según enfoques, también pueden ser vistos como precursores influyentes del jazz-fusión, así como muchos otros grandes de los grupos de rock progresivo de los años 70.


La banda nos ofrece el atractivo de la consistencia en su registro, donde cada nuevo track añade siempre algo nuevo al estilo general. No hay razón para que se abunde en el mismo camino más de una vez. Focus refuerza su esencia progresiva, nos predispone para un rock sumamente distinto de lo que se había hecho hasta entonces: pasajes grandiosos, verdaderas atmósferas orquestales. Sonido más que global…

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