No obstante que su legado musical es de escasa cantidad, Syd Barrett, fallecido el 9 de junio de
2006, a los 60 años, todavía simboliza la genialidad de la etapa más prolífica
de Pink Floyd. Incluso post mortem sigue siendo referido como el
núcleo creativo y espiritual de la mítica formación.
En su momento, Paul
McCartney o Pete Townsend confesaron
ser grandes admiradores de su trabajo. A su vez, David Bowie, Jimmy Page
o Brian Eno, mostraron gran interés
por colaborar con él.
Con 15 años en su haber, Roger Keith Barrett adquirió el apodo de 'Syd' como homenaje a un
viejo baterista de su ciudad natal —Cambridge—, de nombre Sid Barrett.
Fue uno de los miembros originarios de Pink Floyd, banda
que fundó junto a Roger Waters en
1965, y a él se le atribuye el haber acuñado el nombre del grupo —en honor a
uno de sus discos favoritos obra de dos músicos de "blues", Pink Anderson y Floyd Council—.
Únicamente tocó durante tres años junto a Bob Klose, Roger Waters, Nick Mason y Rick Wright, hasta que éstos decidieron, en 1968, que Barrett había
dejado de pertenecer oficialmente al grupo al volverse su comportamiento cada
vez más errático. Su lugar pasaría a ser ocupado por su amigo, David Gilmour.
Propenso a consumir drogas en cantidad, los escarceos de Bartet con los ácidos
contribuyeron a empeorar su estado mental, situación que lo llevó conductas
extravagantes durante las presentaciones del grupo: llegó a quedarse estancado
en un mismo acorde durante todas las canciones.
Curiosamente, el comienzo de los problemas mentales de Barrett —según algunos, brotes de
esquizofrenia y, según otras versiones, síntomas de autismo—, coincidieron con
el despegue de la banda hasta el estrellato
musical.
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