El fatídico concierto de The Rolling Stones en 1969 en
Altamont, California, que incluso ellos consideran un gran error y en el que
falleció un espectador a manos de los Hells Angels, entre otros disturbios, fue
saludado en el New Musical Express como "el mejor concierto que se ha
celebrado jamás", además de declarar el cronista que "Los Ángeles del Infierno
controlaron la situación en todo momento".
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