martes, 3 de octubre de 2017

"Soundtrack" para una naranja...

A Clockwork Orange, cinta que Stanley Kubrick adaptó del libro homónimo, escrito por Anthony Burgess en 1962,  estuvo involucrada con tres agrupaciones británicas. En su momento, The Rolling Stones quisieron participar en el filme. De igual forma, The Beatles y Pink Floyd también se vieron involucrados, antes de su rodaje. 






Los de Liverpool se interesaron en musicalizar la novela de Burgess, cuando se enteraron de que John Schlesinger era candidato para adaptar dicha novela. Dicha opción no se concretó. El cuarteto se disolvió en 1970, un año previo al estreno de la cinta.

Una carta que el director teatral  Si Litvinoff envió a Schlesinger reveló que en el proyecto no se utilizaría la música de Beethoven (que sí tomó Kubrick), sino la que proponía The Beatles. 

Cuando Kubrick fue confirmado como el director de la cinta, quiso que Pink Floyd le cediera los derechos de su disco Atom Heart Mother (1970). Pink Floyd transitaba de lo psicodélico a lo sinfónico y eso fue lo que le atrajo a Kubrick. 







El cineasta le pidió que le dejaran usar la suite "Atom Heart Mother" para la banda sonora. Kubrick quería licencia ilimitada para decidir qué fragmentos utilizar, así como libertad para editar secciones del tema. Debido a lo anterior, el grupo rechazó la propuesta del director.

Cuando Burgess, en 1962, publicó su obra, llamó la atención de Mick Jagger. A mediados de los años 60, el vocalista de los Stones adquirió los derechos de la obra para ser el protagonista de su versión fílmica. El interés de Jagger fue aún más evidente cuando supo que Schlesinger formaba parte del proyecto. Jagger pretendía encarnar a DeLarge y que los miembros del grupo fuesen sus "drugos"; no contaba con la creciente fama de los Stones. Terminó cediendo los derechos de la obra.


Empero, Kubrick se decantaría por Malcolm McDowell. "En 1968 vi la sonrisa malévola de Malcolm en la película If, de Lindsay Anderson". McDowell, a la postre, reconoció que sufrió durante la escena en que su personaje es sometido al tratamiento de Ludovico (terapia ficticia usada en la historia en la que el paciente es obligado a ver escenas violentas con los ojos abiertos por ganchos metálicos). Según McDowell, fue torturado con los ganchos por pedido de Kubrick y terminó con lesiones en las córneas. 


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