Fue la voz más clara y segura
de las poetas de estos años: Trazo
incompleto (1934) e Inalcanzable y
mío (1936). Más tarde, fue de las principales animadoras de la revista Rueca (1941-1951), escribió una biografía
de Rosario la de Acuña. Mito romántico
(1948) y teatro: Leyendas del México
colonial (1955) y La llorona
(1959).
En 1950 Carmen Toscano logró
la realización de una película excepcional, Memorias
de un mexicano, formada con las filmaciones que, con vivo sentido histórico
y cinematográfico, había hecho su padre, el ingeniero Salvador Toscano, de
escenas de la vida mexicana del fin del Porfiriato y de los hechos y personajes
salientes de la Revolución mexicana.
"No pensamos,
al vernos,
en que el tiempo
pudiera haber
burlado
nuestras almas."
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