sábado, 21 de marzo de 2020

Rock y Poesía: Bob Dylan

Cuando la revista Playboy tuvo el descaro de preguntarle a Bob Dylan de qué trataban sus canciones en una entrevista de 1966, su respuesta fue típicamente poco convencional y evasiva: “Oh, algunas duran aproximadamente cuatro minutos; algunas son de cinco; y algunas, lo creas o no, son de alrededor de 11".

En aproximadamente cuatro años, había dado vuelta la idea de lo que podía hacer una letra de canción y ya se había cansado de que el mundo intentara alcanzarlo. Había superado su extraordinaria habilidad (especialmente teniendo en cuenta su tierna edad y sus antecedentes cómodos) para escribir canciones de protesta empáticas y universales ('Blowin' in the wind', 'The times they are a-changin', 'With god on our side') y dirigió su mano hacia surrealistas obras maestras ('Mr Tambourine Man', 'Visions of Johanna', 'Desolation Row').

También mostró la veta romántica de un verdadero poeta con una habilidad especial para documentar asuntos enredados del corazón ('Don't think twice it's alright', 'For Ramona', 'Just Like A Woman').

En las décadas transcurridas desde su primera ejecución de letras que rompen moldes, Dylan ha demostrado su versatilidad como poeta con todo, desde narraciones que cambian el espacio y el tiempo ('Tangled up in blue', 'Brownsville Girl') hasta reflexiones sobre la mortalidad y la moralidad. ('Not dark yet', 'Man in the long black coat'), y eso sólo está rascando la superficie.

En su defensa de los poetas, desde Rimbaud hasta los Beats y Robert Burns, hay muchas posibilidades de que Dylan haya hecho más que nadie para promover el perfil de la poesía desde los años 60.

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